C

uando valoramos demasiado a ciertas personas prefiriéndolas sobre otras por pensar igual a nosotros, o por aquellas cosas que podamos tener en común, será inevitable el pecado de la parcialidad. Consideres los siguientes pasajes: Mateo 22:39, 1 Juan 4:21, Santiago 2:1-13.

Si alguno poseyera un gran conocimiento teológico sin estar dispuesto a llevar a la práctica la verdad conocida, es fútil... quiero decir insustancial. Sufririamos un serio revés y seriamos una total contradicción si nuestros hechos pisotean nuestras palabras. Que nuestras acciones y actitudes no sean cuestionables por el bien del evangelio y la honra debida a nuestro Señor.

Sufririamos un serio revés y seríamos una total contradicción si nuestros hechos pisotean nuestras palabras. Que nuestras acciones y actitudes no sean cuestionables por el bien del evangelio y la honra debida a nuestro Señor.

Hoy vemos como muchos cristianos pecan al rechazar a otros por ciertas diferencias teológicas que honestamente son asuntos que orbitan en la periferia. Estos hermanos se vuelven estrictamente ortodoxos e inevitablemente exclusivistas, y en el peor de los casos, hasta sectaristas. Ciertamente, debemos estar dispuestos a predicar con denuedo el evangelio, defendiendo igualmente su verdad ante quien la demande de nosotros sin basarnos en nuestras propias nociones, sino en "La Sagrada Escritura", "La Biblia".

Debemos sentirnos comprometidos en defender con amor aquellos asuntos ciertamente medulares de la fe, pero; siendo capaces de distinguir entre lo que es una herejía de lo que no lo es... la razón es simple; debemos procurar la unidad entendiendo que es un mandato del Señor. Sobre este particular Lea: Efesios 4:1-6, Romanos 14:19, Romanos 14:1-23.    

Hoy vemos como muchos cristianos pecan al rechazar a otros por ciertas diferencias teológicas que honestamente son asuntos que orbitan en la periferia. Estos hermanos se vuelven estrictamente ortodoxos e inevitablemente exclusivistas, y en el peor de los casos, hasta sectaristas.

Este asunto de la parcialidad como consecuencia muchas veces del prejuicio lleva a muchos creyentes incluso a manejar los asuntos de Dios de forma burocrática o política, y al igual que los fariseos, olvidando por completo un principio mucho más trascendente que nos debe constreñir en nuestro deber como cristianos... ¿sabes cuál es?... ¡exacto!... el amor. Debemos tener sumo cuidado de jactarnos en poseer una moralidad que sólo sea vana presunción y puros aires de superioridad. En tal caso aconsejaría un enfoque más detenido sobre la bondad, y es que he visto como el lastre de la moralidad que visten algunos solo los hace intolerantes e inmisericordes, sin embargo; la bondad nos permite no tener mayor concepto de nosotros y ser humildes. Procure ante todo ser: benigno, longánimo y paciente.    

Debemos tener sumo cuidado de no jactarse en poseer una moralidad que sólo sea vana presunción y puros aires de superioridad.  

No podemos, ni debemos, apelar a las normas divinas cuando nuestra verdadera intención sea imponer nuestras propias normas o cosmovisiones deformes y viciadas. Si hablamos de la importancia de la sujeción exhortando a otros que estén sujetos, debe ser al señorío de Cristo y a su glorioso evangelio, no a nuestras propias nociones o ha lo que hayamos concebido como evangelio. Muchos recurren a la manipulación e intentan condicionar las relaciones interpersonales estando esta sujeta a factores de creencias. Muchas personas fluyen bien y hasta se muestran amigables hasta que empiezas a diferir sobre algún aspecto doctrinal. Cuando eso ocurre estos creyentes ponen punto final a la supuesta amistad o se comportan diferentes fingiendo ser amigos. También está el caso de creyentes que consideran previamente el asunto de la teología para determinar si en efecto se hacen o no amigos o compañeros de otro creyente. Algo totalmente inaceptable y contrario al mandato divino. De qué sirve la ortodoxia sin amor y la religión sin Cristo. Todo se reduciría a pura parafernalia religiosa carente de sustancia y profundo significado auténticamente cristiano y en consecuencia piadoso.

De qué sirve la ortodoxia sin amor y la religión sin Cristo. Todo se reduciría a pura parafernalia religiosa carente de sustancia y profundo significado auténticamente cristiano y en consecuencia piadoso.
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7/26/21
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